En opinión de los vecinos de Kate Wiley, una mujer no podía administrar una granja sin la ayuda de un hombre, pero Kate había decidido probarles su error.

Australia podría ser uno de los últimos bastiones del antifeminismo de los varones, pero ella intentaba demostrar que la viuda Wiley no necesitaba un hombre en su vida.

Así pues, cuando Grevil Robertson le ofreció ayuda para salvar su granja, ella la rechazó. No quería su comprensión ni enamorarse de él, sobre todo porque sabía que Grevile estaba comprometido con la encantadora Jenny...