Cuando Cassandra Mallory heredó la mitad de una mansión y parte de una plantación en el Caribe, vio la posibilidad de tener un lugar en el que desarrollar su talento artístico. Desgraciadamente, Jake North, el otro propietario, sólo parecía interesado en el dinero que podían conseguir de su venta. Cassandra se sentía incapaz de convencerlo de lo contrario, sobre todo cuando se dio cuenta de que se había enamorado de él. Lo que ella realmente deseaba era compartir aquel paraíso con Jake. Su última esperanza era el tradicional baile de disfraces... bajo aquel cielo tropical tachonado de estrellas podía ocurrir cualquier cosa.