Phoebe Donovan acababa de presenciar como se convertían en humo todas sus pertenencias mientras su casa se quemaba. Y desmayarse en brazos de un fornido bombero no había ayudado precisamente a mejorar las cosas. ¿Dónde estaba su fuerza? ¿Su fría y distante actitud? ¿Y dónde iba a vivir después de aquello?

Jackson Miller era un hombre con dos misiones: luchar contra el fuego y ser un buen padre para su hija adolescente. Pero cuando descubrió que su retoño había alquilado a la doctora Donovan el apartamento que tenían en casa, comprendió que tenía una tercera misión que cumplir: conseguir que Phoebe cayera en las llamas de su fuego personal.