Quizá pudiera hacer algunas horas extra con él...

Amanda Hutton estaba acostumbrada a enseñar a los niños de la realeza a sobrellevar la vida de palacio, por eso rechazó la oferta del rey de aceptar a su hijo como alumno. El guapísimo príncipe Stefano diTalora era el mejor partido a ese lado del Mediterráneo. ¿Qué podía enseñarle ella a un hombre hecho y derecho?

Pues resultó ser mucho. Su Alteza sabía que podía tener a cualquier mujer con sólo pedírselo, pero también sabía que con el amor llegaba el sufrimiento y no estaba dispuesto a arriesgarse... hasta que conoció a Amanda y comprendió que a veces el que más arriesgaba era el que más ganaba.