Nadie se atrevía a mirar directamente a los ojos a Mark Delaney, el cual, después de estar a punto de morir, había decidido cambiar por completo. Lo había hecho con un sólo propósito: había un asesino suelto y él debía encontrarlo; y para ello no podía confiar ni en su propia familia.

De pronto surgió una mujer capaz de mirarlo a los ojos. April Cartwright, la nueva empleada de los Delaney, estaba empeñada en llegar a conocer al verdadero Mark, pero él sabía que debía resistirse. Dejarse llevar por la dulzura de April significaría poner en peligro su misión, y también a la propia April... Y eso era algo que jamás podría permitir, aunque para ello tuviera que arriesgar su propia vida.