Dain Ransome daba la impresión de ser arrogante y falto de sentimientos, en especial con las mujeres. Pero fue su habilidad como conferencista, y no el hombre en sí, lo que dio a Kerin la idea de unirse a una expedición a la Antártida. Por lo tanto, la joven se sorprendió desagradablemente al descubrir que el jefe de la expedición era nada menos que Dain Ransome.

Desde el principio él se mostro hostil con ella bajo el pretexto de que le preocupaba su bienestar por ser la única mujer en la expedición. Sin embargo, a Kerin no le molestaba el trato que recibía de Dain, sino el efecto que producía en ella.