Recoger a un autoestopista en plena tormenta de nieve era arriesgado, pero la existencia de Lily Dazinger ya era un compendio de peligros y riesgos.

Había huido con su hija recién nacida de una vida supuestamente segura y respetable en Nueva Inglaterra. Ahora estaban solas y no tenían a dónde ir. Estaba dispuesta a arriesgarse recogiendo a aquel vaquero llamado Quist.

Sin embargo, antes de que el día acabase, fue él quien la salvó. De no haber sido por Quist, Lily y su hija habrían muerto congeladas, atrapadas en la nieve. Quist no sólo les encontró un refugio seguro y caliente. Cuando llegó el momento de seguir caminos separados, Lily supo que tenía que seguir a Quist por muy duro que fuera el trayecto...