El senador Drew Charles dijo que tenían un asunto pendiente. Sus apasionados besos parecían sellar un ardiente pacto. ¿Cómo este hombre arrollador había penetrado tan rápidamente la indignada resistencia de su hermosa adversaria?

Durante cinco años la doctora Karan Patterson había permanecido por encima de todo compromiso, tratando de olvidar la destrucción que en su corazón había provocado un apresurado matrimonio. Ahora, sorpresivamente, Drew la había derretido con su sola mirada, con fácil arrogancia la había dominado y se atrevía a suponer que ella olvidaría sus principios por la pasión que le despertaba. ¿Había perdido ella la batalla por su carrera? Tal vez peor, ¿había perdido ella la guerra dentro del alma que se revelaba ansiosa de algo más?