¡Todos los habitantes de la minúscula ciudad texana lo sabían! ¿Cómo podría explicarlo Marilyn Davis? Hunter Templeton -el nuevo y atractivo pastor- no la había estado besando. ¡Había estado probando un punto clave!

Pero estaba equivocado, pensó Marilyn, si creía seriamente que ella podía "volver a la vida". Todavía no. No era por el divorcio en sí. ¿Qué podía haber mantenido unido a ese matrimonio después de la muerte del pequeño Bobby? Su hijo había sido todo para ella.

¿Quién era este hombre, excitante hasta la exasperación y romántico indomable, que había irrumpido en su vida tomándola en sus brazos para insistir en que recordara qué era la vida y siguiera adelante? ¿Quién era él para trocar en júbilo su dolor, en risa sus lágrimas? ¿Se atrevería a aceptar el calor, el placer, la vida que él ofrecía? ¿Podría aceptar su desafío a volver a vivir... y a amar otra vez?