La directora de enfermeras, Cassie Bryant, se sentía contenta con su trabajo en el pequeño hospital de Springfield, ya que le permitía sacar adelante a su hijo Mark... hasta que su médico de cabecera tuvo que ser reemplazado temporalmente.

El nuevo doctor era Bevan Marsland y Cassie lo había conocido en el funeral de su hermano. Bevan la había acusado de conducir a Darren a la muerte, así que, ¿cómo podía decirle ahora que estaba equivocado cuanto todavía tenía un secreto mayor que desvelarle... si se atrevía?