Moira Kelly había vuelto a Boston para celebrar el día de San Patricio con su familia y sus amigos. Pero lo que no esperaba era que una simple conversación familiar se volviera peligrosa al tocar el tema de la política; en pocos minutos se encontró en un fuego cruzado entre la ira de Dan O'Hara, su amor de juventud y las opiniones de Michael McLean, su nuevo novio. Pronto descubrió que en el barrio de su niñez había mucho odio enterrado que amenazaba con desencadenar una ola de violencia.

Aquella comunidad tan unida daba cobijo a un traidor y, a medida que se iban descubriendo las maldades ocultas a su alrededor, Moira tuvo que reconocer que una generación no había sido suficiente para acabar con el odio.