Marc English estaba estupefacto. Mónica Bliss, la infalible abogada, quería que él fuera el padre de su hijo. Mónica insistía en que su relación fuera sólo un asunto de negocios: ella quería un hijo, pero era soltera y no tenía intenciones de casarse.

Lo que no se esperaba es que Marc impusiera sus condiciones.

La joven sabía que sería difícil no enamorarse de ese hombre. Sin embargo, no podía olvidar su deseo de tener un hijo a causa de un fugaz enamoramiento. Marc, por su parte, buscaba algo muy diferente.