Sean Branigan era un padre que hacía lo posible por comprender a sus dos hijas adolescentes. Un trabajo nada fácil para él, ya que se crió con cinco hermanos y ninguna hermana. De todos modos, teniendo en cuenta la situación, no lo estaba haciendo tan mal.

Por eso, cuando la encantadora consejera de estudios del instituto, Julia Hollins, lo llamó para que fuera a su despacho con el fin de darle "un consejo amistoso", Sean se ofendió. Pero lo peor no era eso, sino que la psicóloga le gustaba. Sin embargo, Sean no estaba dispuesto a permitir que empezase a reorganizarle la vida familiar...