Elizabeth y Lyon se conocieron siendo muy jóvenes y, a pesar de todos los obstáculos que les imponían sus diferencias sociales, se enamoraron profundamente. Pero de repente, durante una ausencia de la ciudad de Lyon, Elizabeth desapareció sin dejar rastro.

Diez años después, la casualidad los volvió a unir y sería entonces cuando Lyon se encontraría frente a frente con el motivo de la desaparición: habían tenido un hijo… algo así no podía perdonarse fácilmente.