Era un sentimiento que ella nunca había experimentado y gozaba con sólo pensarlo... se vengaría de él.

Nigel Farnham era atractivo, rico y exitoso, pero Julie Trafford no se había casado con él por alguna de estas razones. Ella tenía un motivo oscuro y más complicado, simplemente era para vengarse de él, el hombre al que cree responsable de los trágicos acontecimientos que precedieron a la muerte de su padre, a quien ella amaba.

Hizo todo lo posible para ganar y, una vez casados, le arrojó a la cara que todo era una farsa, que no era su verdadera mujer. Lo que nunca imaginó, sin embargo, es que con el tiempo se cambiarían los papeles.