Leah McCargar casi creía que el atractivo Adam Jordan le estaba haciendo insinuaciones amorosas. Pero entonces se dio cuenta de que él no pretendía nada. Se sintió decepcionada, pero también un poco aliviada. había algo enigmático en torno al colaborador literario de su tía.

En cuanto a Adam, el sentido común le advertía que se mantuviera a distancia. Leah era tan inteligente como hermosa y lo bastante lista como para imaginar que él no era todo lo que parecía.