Él decía que la amaba, pero ¿cómo podía confiar en él?

Se habían conocido en una posada austríaca donde Lisel Mayer se había rendido a la magia del hombre. Pero ahora, bajo la fría luz de Chicago, Cas Kalensky era un extraño, un banquero despiadado que rompió la relación laboral que los unía, rechazándola como intérprete para uno de los clientes del banco. Después, él la asedió en el ascensor, jurándole que volvería a poseerla otra vez. Lisel supo que no podría resistirse a la peligrosa aventura que le ofrecía Cas. Sabía también que lo seguiría sin importarle hacia qué destino la conducía ese viaje apasionado.