Clementine Barlow sintió tener que darle a Even Tanner la carta de su hermana en la que le comunicaba la ruptura de su compromiso matrimonial. No era fácil ser el mensajero de malas noticias; sobre todo, tratándose de un hombre tan atractivo. Veía en él unas posibilidades que a su hermana se le habían escapado por completo.

A Evan le llevó cinco minutos sobreponerse de la noticia de la ruptura de su compromiso, pero Clementine insistió en que estaba sufriendo y necesitaba ayuda. No dejaba de hablar de unos cuestionarios de revistas y de sus bajas puntuaciones en… ciertos aspectos. Naturalmente, si Evan no hubiese sido todo un caballero, se habría llevado a la señorita Clementine a un oscuro rincón para demostrarle la alta puntuación que podía alcanzar sin esfuerzo.