Era un jefe implacable...

Sam Loring controlaba una compañía y no exigía nada a sus empleados que él no estuviera dispuesto a hacer. Su personal asistió a un seminario sobre las tensiones del trabajo impartido por Dallas Pendragon y de repente, todo cambió. La culpable era la tal Dallas.

Sola y con hijos, Dallas sabía que los empleados no pedían demasiado y estaba dispuesta a retarlo a que él efectuase el mismo trabajo durante un mes. Lo malo fue que Sam decidió hacer el experimento con sus hijos... ¡y en su casa!