La ciudad natal de Jessica estaba llena de recuerdos tristes para ella. Volvía para ocuparse del traspaso de la fábrica de su padre a una empresa de la competencia, causante de su ruina. Una vez finalizados las gestiones, su intención era volver a Italia, donde trabajaba.

El dueño de la empresa competidora resultó ser Jack Chabrol, un chico al que había dejado diez años atrás. Pero Jack ya no era un chico. Se había convertido en un hombre sediento de venganza y estaba decidido a tener a Jessica.