A Marcus Caradin lo apodaron el "Hombre de los Milagros", cuando compró una agencia de viajes en quiebra y la convirtió en una empresa de éxito que ofrecía a sus clientes viajes poco usuales y exóticos.

A Lacey no le importaba cómo llamaran a su jefe, porque estaba contenta de trabajar con él, y de que entre ellos no existiera ninguna atracción. Pero Marcus insistió en que lo acompañara a un viaje a la India y Nepal para ayudarlo a arreglar detalles sobre una excursión que pensaba ofrecer a sus clientes. Y en cuanto abandonaron los confines de la oficina, su relación amistosa empezó a transformarse...