Justin Abernathy, abogado especialista en divorcios, había visto muchas veces que a la larga el amor se convertía en algo amargo. Así que decidió que cuando se casara, escogería a su pareja con la cabeza y no con el corazón. ¿Y quién le diría que estaba equivocado?

Ciertamente no sería Alisa, cuya experiencia amorosa le había enseñado una dura lección. Un matrimonio por conveniencia y sin recovecos románticos, fue lo adecuado para ambos... hasta que Alisa arruinó el plan al enamorarse de su esposo.