La vida de Eve Whitfield consistía en ocuparse de todo cuanto la rodeaba y por eso, cuando el amante de su madre desapareció de la ciudad, Eve contrató los servicios de un detective para que le encontrara. La condición: Eve le buscaría con él.

Gabriel Bouvier tenía una excelente reputación, aunque Eve no pude entender por qué, al menos al principio. A pesar de sus dudas, Gabriel resultó ser un excelente detective privado, que llevó a Eve a increíbles descubrimientos sobre sí misma... y sobre todo lo que parecía ser un caso sencillo y sin complicaciones.