Aunque las razones por las que se habían casado distaban mucho de ser las habituales, cuando Finn insistió en hacer de la suya una luna de miel como las demás, Briony fantaseó con la idea de que ese matrimonio aún pudiera salvarse. Pero, entonces, todo empezó a complicarse: Briony descubrió que Finn tenía sus propios motivos para desear que su relación funcionase, y además, él estaba convencido de que ella seguía enamorada de su ex novio. De repente, todas las mentirijillas, las verdades a medias, y los secretos que había entre ellos tomaron entidad propia, y parecían dispuestos a destruirlos. ¿Sería demasiado tarde para salvar un matrimonio que, indudablemente, había empezado con mal pie?