Lorelei McGee, la hija del Rey del Terror de la pantalla, había crecido rodeada de fantasmas y duendes. Ahora había vuelto a casa, y estaba intentando devolver a la mansión familiar su antiguo esplendor. Por eso había contratado al carpintero Lucas Messina. Naturalmente, la decisión de contratarle no había tenido nada que ver con su irresistible aspecto físico.

Varios años atrás, la familia de Lorelei había arruinado a la de Lucas. Aquel trabajo representaba su oportunidad: ahora podría vengarse de la confiada Lorelei. El problema era que ella no se parecía en absoluto a lo que Lucas había supuesto. Las chispas que brotaban entre ellos tenían más electricidad de la que precisaba su taladradora y, de repente, la venganza dejó de importarle...