Katherine St. Clair tenía el pelo rubio, ojos azules y sangre azul... y su matrimonio juvenil con el atractivo Strong O'Kelly causó un gran disgusto a su encumbrada familia. ¡No podían creer que la encantadora Katherine se hubiera casado con ese rufián! Intercambiaron palabras airadas, se rompieron corazones y la pareja se separó. Katherine era una mujer libre.

Al menos eso creyó durante diez años, hasta que Strong volvió a su vida, diciendo que su matrimonio nunca fue debidamente anulado. ¡Y tenía los documentos para probarlo! Era un hombre fuerte, atrevido... y Katherine no quería tener nada que ver con él... hasta que Strong la tomó entre sus brazos. En ese momento, la princesa de hielo se volvió fuego...