Carter Hamilton no aprobaba que hubiera mujeres en el consejo de administración, especialmente si eran pelirrojas, bonitas y con un carácter tan endemoniado como el suyo. Ashlyn Ainsworth habría rechazado el cargo sólo por no aguantar a aquel machista insufrible, que había tenido la desfachatez de pedirle que no tonteara con sus colegas varones, pero no estaba en condiciones de poder hacerlo. Ella iba a tener que explicarle la diferencia entre la diplomacia, la mano izquierda, las habilidades sociales y el tonto. Y la explicación iría acompañada de casos prácticos para que Carter recibiera a lección de su vida. Pero tendría que poner un poco más de cuidado porque enamorarse de él no estaba incluido en el temario...