Estaba claro que a Nicholas Hollander se le había subido a la cabeza haberse convertido en conde. Después de haber arruinado la reputación de Emily unos años antes, ¿cómo podría esperar que ahora accediera a casarse con él? Sin embargo, Nick consiguió convencerla de que el ímpetu que había mostrado por encontrar a su hermano desaparecido no les dejaba más opción que la de casarse... y además debían hacerlo inmediatamente.

Hacía siete años, la marcha de Nick había dejado destrozada a Emily Lovenye; por eso, no quería que los volviera a unir la más mínima relación. Obligada a casarse con él, decidió hacerle pasar los peores momentos de su vida. No sabía que Nick estaba empeñado en recuperar su confianza y su amor y convertir aquella unión de conveniencia en un verdadero paraíso.