Suzanne no podía creerlo... Precisamente el día que debía ser el más feliz en la vida de su hermana, aparecía ese hombre amenazando con destruir a toda su familia. Sólo ella podía evitar que el desastre se produjera obedeciéndolo, haciendo lo que él le pidiera...

Decidió seguirle el juego porque no le quedaba otro remedio si quería evitar que los suyos sufrieran. Sólo podía obedecer a Lazlo y odiarlo con todas sus fuerzas. Pero pronto descubrió que le era imposible odiarlo porque lo amaba. Sin saber cómo, se había enamorado de él...