A Trish todavía le hormigueaba el cuerpo al recordar los momentos que había pasado con Adam cuatro años antes, pero conocía el tipo de mujer elegante y sofisticada que le gustaba, de modo que no se hacía ilusiones de que aquello volviera a repetirse. Hasta que se presentó en su puerta, diciendo que era a ella a quien verdaderamente deseaba... aunque Trish no podía dejar de preguntarse si aquello era una aventura más o si él había ido para quedarse...

Pero antes de que tuviera oportunidad de decirle que estaba embarazada, descubrió exactamente a qué debía atenerse. Un fax de su "prometida" decía todo lo que tenía que saber...