Brenda Storm escribía novelas de amor y todos esperaban que actuara y fuera físicamente como las protagonistas de sus historias. Eric Sheffield, presidente de una cadena nacional de librerías, no fue la excepción.

Desde el momento en que los labios de Eric se apoderaron inesperadamente de los de ella en aquella conferencia neoyorquina sobre novelas de amor, Brenda descubrió que tenía mucho que aprender. Y Eric estaba dispuesto a convertirse en su maestro. Sus enseñanzas fueron la causa de la transformación de la mujer. Su corazón la impulsaba, por fin, a dar la espalda a sus fantasía y aprovechar la oportunidad que se le presentaba para vivir un amor real, una pasión auténtica.