A veces resulta difícil encontrar el parecido entre dos miembros de la misma familia…

Sabine Knoll había quedado viuda de Victor Knoll y era madre de tres niños. Sabine había amado profundamente a su esposo y, aunque ya hacía cuatro años que se había marchado de su lado, no podía imaginar enamorarse de otro hombre.

Fue entonces cuando apareció aquel desconocido en su pueblo de Colorado. Joe Knoll resultó ser el hermano de Victor. El problema era que su difunto esposo nunca le había contado que tuviera un hermano, lo que le hizo pensar que, si había mentido en eso, quizá hubiera mentido en más cosas…

Sabine no estaba segura de querer saberlo, pero de lo que sí estaba segura era de que no quería enamorarse de un hombre que se parecía tanto a su marido en algunas cosas, y tan poco en otras. Un hombre que empezaba a formar parte de la vida de sus hijos… y de la suya.