Katie necesitaba dinero. Ni siquiera trabajando en tres sitios podía salvar la casa y los terrenos que habían pertenecido a su familia durante generaciones y quedaba menos de un mes para que todo fuera subastado...

Le hacía falta un milagro... ¿Sería John Lee el encargado de proporcionárselo? Que un abogado itinerante acompañado de una hijita deseosa de tener una madre fuese la respuesta a sus plegarias le parecía muy extraño... Pero mucho más extraños eran los sentimientos que ese hombre despertaba en ella.