Él no sabía amar

Jill se había casado con Adam Doxaros únicamente para aliviar el sufrido corazón de su madre; fue una boda de conveniencia. Al menos eso creía ella hasta que, sin darse cuenta, se fue enamorando de su marido.

Pero ella ocultaba sus sentimientos porque sabía que él nunca la amaría. Jill sólo era su esposa oficialmente. Era una actriz que interpretaba el papel de una obra, y pronto, demasiado pronto, el telón tenía que caer.

Una vez que la señora Doxaros muriera, desaparecerían las barreras entre Adam y la mujer que su madre tanto odiaba, la mujer que hacía ya largo tiempo había escogido como prometida.