No había manera de predecir cómo acabaría aquella búsqueda…

Jilly Hart estaba acostumbrada a que la llamaran cosas como cazafortunas o novia a la carta. Y todo porque no creía en el amor ni en la magia… pero sí en el dinero. Y, desde luego, no pensaba volver a vivir en la pobreza.

Pero cuando se quedó viuda… por cuarta vez, se dio cuenta de que lo único que tenía era una mansión del siglo XIX en mitad de Arkansas. Su plan era vender la casa y ganar suficiente dinero para ir en busca del marido número cinco.

Pero el plan se torció cuando descubrió que la casa estaba hecha un desastre y que corría el rumor de que estaba embrujada. ¿Podría Evan Luchetti, el manitas del pueblo, arreglar la mansión? ¿Y podría convencerla de que el amor… su amor, podría hacerla más rica que cualquier fortuna?