Casarse con Matt Martin sería un error. Katherine sabía que debería haberlo rechazado, al igual que lo había hecho cuando él le había pedido una cita veinte años atrás. Ahora Matt había vuelto a su vida convertido en un hombre rico, poderoso y decidido a no aceptar un «no» por respuesta.

Katherine era viuda y su trabajo ya no bastaba para hacerla feliz, así que había aceptado, aunque Matt le había dejado claro que para él sería poco más que un trofeo… El amor, desde luego, no formaba parte del trato.

Sin embargo, Katherine guardaba un secreto que podía romper el acuerdo que había entre ellos: estaba loca y apasionadamente enamorada de Matt.