Ya era hora de que la chica más apreciada de la ciudad encontrara un hombre bueno… ¡y real!

Nadie habría imaginado que una futura princesa se pasearía en moto por la ciudad, pero Shey Carlson, camarera de una cafetería, podía demostrar que era posible.

El príncipe Eduardo Matthew Tanner Ericson, un codiciado soltero, había vuelto a la ciudad y tenía los ojos puestos en Shey. Por supuesto, la testaruda Shey negaba cualquier rumor sobre el romance real, pero alguien había visto al príncipe besar a la bella pelirroja... ¡y vaya beso!