Gracias a un conductor borracho, Daniel McIntyre perdió su brillante carrera como futbolista, su contrato como modelo y a su prometida, una mujer superficial incapaz de amar a un hombre con una cojera permanente. Cuando por fin se recuperó, gracias a su amiga de la infancia y ahora fisioterapeuta Charlene Winder, se marchó de Sidney y volvió al campo australiano, a Brindleback, para reconstruir la granja de su familia. Pero no se despidió de Charlene, la chica que lo había amado siempre en silencio.

Un año después, Charlene volvió también a Brindleback. Pero no estaba sola…