Tenía el cabello aclarado por el sol, los rasgos de su rostro y sus músculos eran muy masculinos; era el hombre más peligroso y más deseable que ella había conocido.

Jenny era fotógrafa, estaba establecida en Seattle. Tuvo que encargarse de una nota de alpinismo femenino, un nuevo desafío para las mujeres. Era la única mujer que se había inscripto en la escuela de alpinismo Logan Kent. Se sentía realmente desafiada. Logan escalaba alturas imposibles, era su compromiso, su único compromiso. Ella se creía una tonta por amar a un hombre que sólo se interesaba en el peligro. Pero, con todo, deseaba apasionadamente estar en sus brazos.