Juliana Grant creía que después de mantener relaciones con un hombre que ella consideraba el apropiado, podía pedirle el matrimonio con toda libertad.

Cuando Travis Sawyer se negó, Juliana lo echó de su casa. A partir de ese momento, Sawyer iba a ocuparse exclusivamente de sus finanzas. Sin embargo, también sus relaciones profesionales se complicaron. Juliana había invertido gran cantidad de dinero en un proyecto que se estaba viniendo abajo. Sólo Travis podía salvarla... pero él tenía sus propios motivos para no hacerlo, aunque empezara a darse cuenta de que Juliana se merecía ese sacrificio.