Ella no podía resistir sus tiernas caricias, el aroma de su piel, ni tampoco sus hambrientos labios que buscaban los de ella. Apenas podía creer que estaba de nuevo en los brazos de él.

Karyn había sido una novia radiante, con toda la vida por delante. Eso había sucedido hace un año. En pocos horas todo se había derrumbado. Un llamado telefónico y Christopher había desaparecido. ¡Se había hecho humo! Y ahora allí estaban ellos dos, en tierno abrazo, con las miradas perdidas en las azules aguas de las Bermudas. Había sido un milagro el encuentro. ¿Podían recuperar el tiempo perdido? ¿Tenía ella la seguridad de permanecer para siempre en sus brazos? ¿O se escaparía de nuevo, dejándola con otro triste recuerdo?