¡Al diablo con las consecuencias! Los últimos dos años fueron miserables para Lorel y estaba decidida a aprovechar la pequeña herencia de su tía abuela en las vacaciones de sus sueños, antes de meditar el futuro.

¿Qué podía ser más extravagante que un viaje en el Expreso de Oriente y unos días en Venecia? Lorel deseaba hacer amigos. Sin embargo, no contaba con conocer a Lewis Elliott. Al principio, él la confundió con la interesada novia de su hermanastro, pero después, a bordo del tren, se encendió la pasión entre ellos... y se volvió incontrolable...