Cuando el millonario Leon Alexander derramó accidentalmente una copa de vino tinto sobre Georgina, se despertó una profunda atracción entre ambos. Por desgracia Georgina no sabía que uno de sus admiradores era el sobrino de Leon, ni que había estado robando de la compañía de su tío solamente para impresionarla con regalos. Quedó horrorizada cuando Leon, de pronto, se volvió contra ella acusándola de ser una cazafortunas y, lo peor de todo era que parecía dispuesto a sacarle hasta la última gota de sangre. Georgina no era alguien a quien se le pudiera intimidar con facilidad, pero ¿el letal encanto de Leon no significaría su ruina?