Huir. Para Lisle Wheaton, Grand Manan Island equivalía a una semana de soledad, lejos de las exigencias de la prensa y la publicidad de Dallas; lejos de sus hijos, que deseaban que dejara de lado su trabajo para desempeñar el rol de la abuela perfecta.

Lisle ya había logrado lo imposible. Era una mujer de "cierta edad", cuyo rostro exquisito aparecía en las cubiertas de las revistas de todo el país. Alcanzó un gran éxito cuando logró que la edad no fuera un impedimento para la realización de una mujer. Ahora deseaba estar a solas, y no en los brazos de un atractivo extraño de cabellos grises.

Fue una hermosa fantasía convertida en realidad, hasta que Hal Kammerman le dijo que deseaba algo más que una noche romántica o una semana de pasión. Lisle jamás había experimentado tanta ansiedad, tanto deseo. ¿Por qué pensaba que debía trazar una línea divisoria entre la vida y el amor e insistía en que continuaran viviendo vidas separadas?