Tras la extraña y misteriosa muerte de su padre, artista encantador pero despistado, Joan se hace a sí misma dos promesas: no pondrá nunca su vida en manos de un hombre y no se enamorará jamás de ningún artista.

Pero cuando pierde los papeles ante Charles Robbins y descubre que él es en realidad Black Hawk, el misteriosos investigador, poseedor de un poderosos atractivo sensual, no sabe qué hacer. Y pierde literalmente la cabeza cuando se entera de que Charles tiene, además, una personalidad oculta que le hace, si cabe, aun más atrayente a sus ojos.