Él sólo quería que aquella mujer se dejara llevar por lo que sentía...

Los atracadores eran pan comido para el experto en seguridad Mitch Flaherty, igual que los clientes más exigentes o las mujeres más bellas. Lo que lo tenía tan desconcertado últimamente eran aquellas cinco empleadas embarazadas y la bella directora que se negaba a hacer las cosas a su manera... que era la correcta.

Jessica Kendall sonreía a todo el mundo excepto a Mitch. Parecía recatada, pero él sabía que escondía una pasión desenfrenada. Jessica luchó contra él a brazo partido... hasta aquel día en la cámara acorazada...