Ningún hombre sería su dueño

Elysia Rougemont se había jurado a sí misma que no pertenecería a ningún hombre, aunque sabía que una promesa tal era papel mojado para una mujer noble como ella. Y a pesar de que el destino le deparó una boda no deseada, el tiempo le haría descubrir que estaba unida a Conon St. Simeon por su valor, su caballerosidad… y una pasión secreta que todo lo consumía.

Conon St. Simeon, caballero de legendaria valentía, acabaría ofreciendo su corazón, su alma y su poderoso brazo a Elysia, condesa de Vannes, una mujer independiente envuelta en demasiados secretos…