Tras ser descubierto en una situación un tanto comprometida, Russ Logan se vio obligado a prometerse a Lynn McCall. Al principio, aquel frío y solitario ranchero se resistió... hasta que se enteró de que la provocadora joven que le había regalado su virginidad ¡estaba esperando un hijo suyo!

A la bella e independiente Lynn no la seducía la idea de casarse por obligación, y sabía perfectamente que no le convenía empezar una relación con el hombre más exasperante... y sexy que había visto en toda su vida. Pero en el momento en que Russ comenzó a cubrirla de besos, Lynn olvidó que su compromiso no era más que una tapadera para proteger su reputación, y deseó con todas sus fuerzas convertirse en la mujer a la que él pudiera amar de verdad.