Un fin de semana en Las Vegas cambió su vida...

Keeley Owens había planeado aquel viaje hacía meses con la esperanza de que un fin de semana romántico animase la relación con su novio, Tony. De pronto, se vio ante el altar de una vulgar capilla junto a un novio borracho. Enfrentándose a un destino peor que la muerte, salió con paso airado y caminó por el desierto llevando únicamente su vestido de novia y unos tacones de aguja indecentes.

Justo cuando estaba a punto de desmayarse de una insolación, el fornido e imponente Digby Barnes la rescató. La agasajó con vino, la invitó a cenar... y le hizo el amor durante toda la noche. Pero Keeley no buscaba una relación duradera. Después de todo, ya había dejado a un novio ante el altar...