Rosemary Jenkins decide volver a su pueblo natal para encontrar su destinos. Ella piensa que su destino era Steve Judson, con quien compartió un beso clandestino durante un apagón en una fiesta en la escuela secundaria. Steve es ahora el entrenador de fútbol del colegio, y Rosemary tiene el matrimonio y un "por siempre felices" en mente cuando lo llama la misma noche de su regreso.

El único problema es que aquel beso que dejó una huella indeleble en Rosemary no le fue dado por Steve, sino por Jordan Phillips, el entonces mejor amigo de Rosemary. Cuando Rosemary vuelve a ver a Jordan se siente confusa. Steve es su destino ¿o no?. Entonces, ¿por qué la apostura de Jordan y su sonrisa sensual la turban tanto?

Jordan es ahora un novelista que sufre un bloqueo, y piensa que no podrá superarlo con la sexy Rosemary distrayendo continuamente su atención. Justo cuando Rosemary decide que Steve no es, después de todo, su destino, y va a por Jordan...